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Mi perfil profesional e inquietudes con la cuestión de la igualdad entre mujeres y hombres.

Mi nombre es Pedro Álvaro Valencia, y actualmente me desempeño como Gestor Civil del Estado en la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, una de las cuatro Direcciones Generales dependientes del Ministerio de Sanidad. 

En estos momentos me encuentro gestionando, junto a otros dos compañeros de despacho, fondos europeos aplicados a convocatorias cuyo cometido es la erradicación de las adicciones. 

Cuando me refiero a adicciones no solamente hago referencia a drogas, y es que en la actualidad son muchos los estímulos que las personas podemos recibir y convertir en adicción: videojuegos, ludopatía, pornografía etc. 

Uno de los elementos transversales en las convocatorias que estamos tratando, es la cuestión de la igualdad, y es que las entidades que se presentan en régimen de concurrencia competitiva a estas convocatorias para la recepción de fondos provenientes de la Unión Europea, su estructura en sí tiene que ser equilibrada y equitativa. Es por ello que uno de los requisitos que desde la Delegación de Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas más enfatizamos, es en la creación de un Plan de Igualdad para todas aquellas entidades sin ánimo de lucro que deseen participar y optar a estas subvenciones. 

Con anterioridad a esta nueva oportunidad de aprendizaje que me brinda el Instituto Nacional de Administración Pública, ya había realizado el curso "Básico de igualdad de género para la Función Pública". Y es que creo que resulta fundamental la formación de las generaciones del presente y futuro, y también moldear viejos vicios del pasado, en un clima de equidad entre géneros para alejarnos de la natural crispación, dolor, impotencia e inacción que ha generado esta cuestión a lo largo de las décadas en las sociedades de todos los países del mundo.

En conclusión, tengo la posibilidad de continuar formándome en esta cuestión que tan a la orden del día está, con la firme convicción de acabar creando unos cauces que permitan conseguir la tan anhelada y a la vez necesaria igualdad de género entre mujeres y hombres. Sin duda es un reto de gran envergadura que, en caso de consumarse, será un rotundo triunfo para todos y cada uno de nosotros.